26 de mayo de 2010

EPILOGO

Era como un sueño, pero, si lo era no me importaba, estaba en la vida que me gustaría haber tenido, la vida que siempre soñé, mi familia junta y feliz, pero, en la pura realidad, en mi mundo, era todo totalmente diferente, mi madre murió algunos años atrás, yo tendría trece años ahora tengo dieciséis.

Mi padre no era el tipo de padre que a cualquier hija le gustaría tener, cada vez que lo recuerdo siento un dolor y angustia en mi interior, hace un años que no se nada de el, nos dejo a mi hermano y a mi tirados en la calle, mi hermano es el único al que e querido, el es mi única familia, desde que nuestro padre nos dejo hemos estado viviendo en un apartamento y conseguimos una tienda justo debajo yo me encargaba de ella y mi hermano me ayudaba.

Hacia unas semanas un grupo de jóvenes empezaron a venir buscando a mi hermano, el no quería que nos viesen ni que hablara con ellos y yo empecé a sospechar de que esos querían algo de el.